Los Tapires son los mamíferos terrestres más grandes de Sudamérica. En el norte de Argentina solo habita el tapir de tierras bajas (Tapirus terrestris). En nuestro país, la distribución del Tapir constituye el 2% de su distribución en Sudamérica. Actualmente, lo podemos encontrar en las provincias de Misiones, Chaco, Formosa, Jujuy y Salta; existen además menciones de avistajes en el Noreste de Santiago del Estero, donde podría encontrarse estacionalmente. La especie se ha extinguido en las provincias de Corrientes, Tucumán y Santa Fe. 

Los Tapires son considerados especies clave porque desempeñan un papel importante en la dispersión de semillas y porque modelan la estructura y composición del bosque. Por lo tanto, son esenciales para la conservación de ecosistemas enteros. También se los denomina especies paisaje, ya que utilizan áreas extensas y heterogéneas y tienen impacto significativo en la estructura y función de los ambientes. Por ello, la extinción local o la disminución de sus poblaciones pueden ocasionar la disrupción de algunos procesos ecológicos, comprometiendo la integridad a largo plazo y la biodiversidad de los  ecosistemas. 

La UICN categoriza a esta especie como Vulnerable a nivel mundial con tendencia poblacional decreciente. En Argentina, el Tapir está categorizado como Vulnerable. En 1988, la provincia de Misiones lo declaró Monumento Natural Provincial (Ley Nº 2.589), prohibiendo su caza, tenencia y comercialización. Esta categoría también le fue otorgada en la provincia de Chaco (Ley Nº 5.887/07) y en la de Salta (Decreto Nº 4.625/11). De toda su área de distribución, es en Argentina donde se encuentra en mayor riesgo de desaparecer. 

En los últimos 100 años, el área de distribución del Tapir se redujo en un 46%, de una distribución histórica estimada en 462.581 km2 a 209.750 km2 en la actualidad. Si se consideran los últimos 200 años, su distribución se redujo un 60%. Se estima que las causas principales que han determinado la reducción de sus poblaciones en el NOA fueron la destrucción de su hábitat y la caza. Se considera que las poblaciones de Tapir tienen una alta probabilidad de sobrevivir en los próximos 100 años en aproximadamente 39.651 km², lo que constituye el 19% de su distribución actual. El Tapir es una especie particularmente sensible a la caza debido a que su densidad y tasa reproductiva son bajas, por lo que aún niveles mínimos de cacería afectan la supervivencia de las poblaciones. Entre las amenazas para la supervivencia de la especie en nuestro país, se consideraron como las más importantes la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, la cacería, la ganadería y el desarrollo de infraestructura.